10º. Aniversario de la Publicación de la LGDLPI


INALI

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México, D.F., 13 de marzo de 2013

Palabras de Javier López Sánchez, Director General del Instituto Nacional de Lenguas Indí­genas (INALI) en la presentación y Entrega de la Constitución Polí­tica de los Estados Unidos Mexicanos, traducida a 10 Lenguas Indí­genas, en el marco del 10º. Aniversario de la Publicación de la Ley General de Derechos Lingüí­sticos de los Pueblos Indí­genas.


Señor Secretario de Educación Pública, Lic. Emilio Chuayffet Chemor

Diputada Federal Eufrosina Cruz Mendoza, Presidenta de la Comisión de Asuntos Indí­genas de la Cámara de Diputados. LXII Legislatura.

Mtra. Alba Martí­nez Olive, Subsecretaria de Educación Básica de la Secretarí­a de Educación Pública.

Lic. Jesús Fuentes Blanco, Presidente del Consejo Consultivo de la CDI.

Compañeros y amigos traductores presentes, fundamentales en el trabajo que hoy presentamos.
Distinguidas autoridades de las distintas instituciones del Gobierno Federal y estatal que nos acompañan.

Hermanas y Hermanos indí­genas

Distinguidos miembros del Órgano de Gobierno del INALI

Muy estimados rectores de las Universidades Interculturales y Autónomas

Distinguidos investigadores

Señores representantes de los medios de comunicación

Señoras y señores:

Este dí­a, traemos a la memoria, el décimo aniversario de la publicación de la Ley General de Derechos Lingüí­sticos de los Pueblos Indí­genas, y a esta conmemoración, asistimos con solemne emoción por la importancia que reviste ese instrumento jurí­dico para los pueblos indí­genas y para todos los mexicanos.

Como sabemos, dicha Ley, que es de orden público e interés social, así­ como de observancia general en los Estados Unidos Mexicanos, regula el reconocimiento y protección de los derechos lingüí­sticos, individuales y colectivos de los pueblos y comunidades indí­genas, así­ como la promoción del uso y su desarrollo.

En tal virtud, podemos afirmar, que ningún otro espacio tan elocuente para esta ceremonia, que este Salón Hispanoamericano, alojado en el augusto edificio de la Secretarí­a de Educación Pública, hoy, dirigida por el Lic. Emilio Chuayffet Chemor, un hombre con amplia visión educativa, a la altura de lo que los mexicanos nos merecemos.

El edificio de la Secretarí­a de Educación Pública, como es sabido, ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad, similitud que se comparte con las lenguas indí­genas,que son la simiente de nuestro proceso histórico, y que han sido proclamadas como parte integrante del patrimonio cultural y lingüí­stico nacional, así­ como de la humanidad misma, como lo ha declarado la UNESCO.

En razón de su origen histórico, en un ejercicio de conciencia, convicción y equidad, el Estado Mexicano, en los términos de la Ley enunciada, reconoce desde hace diez años que las lenguas indí­genas son nacionales con la misma validez que el español.

En buena medida, eso significa para hablantes e instituciones, que las defendamos del desplazamiento y el olvido, propiciar la conservación y el desarrollo de una de las principales manifestaciones de la inagotable tradición, composición y riqueza pluricultural de la Nación Mexicana, fundamentada, precisamente, en la diversidad de sus 68 lenguas indí­genas con sus 364 variantes lingüí­sticas.

Con apego a la realidad tangible, el Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Enrique Peña Nieto, señaló en su mensaje de toma de posesión €œSomos herederos de una tradición milenaria, que sobrevive hasta hoy en lenguas y culturas indí­genas, que sabré respetar y conservar€.

Lo anterior, es porque su visión incluyente le permite reconocer que cada uno de los pueblos originarios de esta gran nación, tienen un papel protagónico en la construcción del México moderno y próspero que todos deseamos, un paí­s que en su expresión lingüí­stica da testimonio de una historia viva, que conlleva consigo; identidad, conocimiento, experiencia, trabajo, afanes y esperanza; en una sola oración, aporte que enriquece el presente y finca su futuro en la inclusión, en su más amplio sentido para la vida de un paí­s multicultural y multilingüe como lo es México.

No obstante, es menester reconocer que a pesar de que nuestro paí­s ha construido instituciones para hacer efectivos los derechos de todos los mexicanos a la no discriminación, aún en este siglo XXI la injuria, la discriminación, la exclusión y la explotación de las personas, recaen, sobre todo, contra los hablantes de lenguas indí­genas nacionales.

Sobre esta lesiva realidad, es preciso señalar que son muchos los retos que enfrentamos para sensibilizar y propiciar la valoración y el respeto de las lenguas indí­genas nacionales.

Por lo cual, no es ocioso recordar que los indí­genas nos hemos esforzado dí­a a dí­a por ejercer el derecho a ser nosotros mismos. Pues de la historia y en la historia, aprendimos a ser nosotros y no otros. Tomamos de ella fuerzas para afrontar cuanto deba ser afrontado, resolver cuanto tenga que ser resuelto, siempre con la voluntad y el férreo pensamiento, en hacer de México, un paí­s cada vez más grandioso.

Ante el imperativo que México debe ser mejor, los hablantes de las lenguas originarias, identificamos que la educación inclusiva y de calidad, es el motor del desarrollo humano, así­ como vehí­culo que propicie el reconocimiento, valoración, aprecio y respeto por la diversidad cultural y lingüí­stica, para evitar la discriminación y exclusión, y más bien, aprender a vivir entre diferentes. Por eso, creemos firmemente que la reforma educativa nos llevará a grandes trasformaciones para bien de todos los mexicanos.

Para lograrlo, nuestro paí­s también necesita de las mujeres y los jóvenes indí­genas, quienes con inteligencia, talento, conocimientos y energí­a, enfrenten estos retos, para que a través de la promoción de las lenguas indí­genas, tengan presencia en la educación, la salud, la justicia, en los programas sociales, en la literatura, la música y en todos los ámbitos de la vida pública y privada.

El orgullo de nuestras lenguas acrecienta nuestro compromiso para realizar los cambios con generaciones innovadoras y emprendedoras, que impulsen el desafí­o de trabajar unidos y así­ mover a México, como lo dice convencido el señor presidente de la República, cuya convicción nos contagia. Es hora pues de trabajar todos de la mano, hombro con hombro, y así­ llevar a México por el camino que más convenga a todos.

El Pacto por México que han firmado el Presidente de la República y las tres principales fuerzas polí­ticas del paí­s, nos ilustra el camino a seguir, es un ví­nculo dialéctico y significa una recia voluntad transformadora.

En lo particular, Señor Secretario, seguiremos las instrucciones que usted nos ha indicado para continuar avanzando en el fortalecimiento de las lenguas maternas originarias, en la elaboración de las normas de escritura, en el asesoramiento a los tres órdenes de gobierno conforme a nuestras atribuciones y, en forma especial, en la traducción de la Carta Magna, hasta cubrir todas las lenguas indí­genas nacionales.

Hoy, nos congratulamos de que usted nos honre en presidir la presentación y entrega de este avance, a 10 lenguas indí­genas, que sin duda, es de central importancia para la autovaloración, el fomento a la lectura y la escritura de las mismas así­ como la promoción del conocimiento de los derechos en la lengua materna. Los indí­genas, nos sentimos orgullosos de leer el principal documento jurí­dico del paí­s en nuestras propias lenguas


Señor Secretario:


Al ser usted ejemplo de firmeza para defender principios, y cuya vasta experiencia le otorga el pertinente juicio para determinar las acciones a seguir, estamos plenamente seguros del rumbo de una polí­tica educativa que ha de enderezar los fines de una educación intercultural de calidad para todos, y con ello, impulsar la promoción del conocimiento y el respeto a la diversidad y los derechos lingüí­sticos desde los espacios escolares básicos hasta los universitarios.


Señoras y señores:


Es hora de mover y transformar a México, sigamos trabajando juntos, con los cerca de 16 millones de mexicanos indí­genas y, con los casi 7 millones de hablantes de una lengua originaria, miembros de los pueblos primigenios de esta nuestra magna nación: ¡México! ¡Nuestro México plural e incluyente del siglo XXI!

¡¡Muchas gracias!!