Ceremonia de entrega de reconocimientos 2012


INALI

INALI

Palabras del Mtro. Javier López Sánchez,

Director General del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas


Lek ay lekil ot’an ants winiketik lekuk sakubel k’inal a wu’unik ta pisilik, ich’aik spatjibal a wot’anik
Bien, mujeres y hombres de buen corazón, saludo y reverencio la grandeza de sus corazones.

Movimiento Unidos por Solidaridad.

Agradezco desde mi corazón y mi pensamiento la distinción con que me honra hoy el Movimiento Unidos por Solidaridad, la cual, debo decir, es gracias al trabajo conjunto con los pueblos indígenas, y no indígenas, a la responsabilidad compartida que hemos iniciado entre diversas instituciones, a los investigadores indígenas y no indígenas, a las universidades, a mis compañeros del INALI.

Quiero aprovechar este espacio, para señalar que el mundo actual, y el que se avizora  para el resto del siglo XXI, es y será cada vez diferente del que conocíamos hace no mucho tiempo. Vivimos grandes transformaciones sociales, experimentamos cambios sustanciales de la vida social.

Vivimos hoy en día una era de hipercomunicación y súper abundancia de información (sociedad del conocimiento), pero ¿qué sucede? Pasa que vivimos en el aislamiento y el egocentrismo. Si nos va bien, nos creemos autosuficientes;  si nos va mal, es culpa del semejante que no nos comprende, nos trata mal, etcétera. Se piensa que el “otro” es el bárbaro, el incivilizado, el potencial enemigo, el posible delincuente.

Nos desentendemos o vemos con indiferencia la ecología, la pobreza, el hambre. Los problemas de los otros nunca son de nuestra incumbencia y responsabilidad. Vivimos también en una sociedad de consumo indiscriminado: todo es desechable o pronto se vuelve viejo y pasado de moda, incluyendo los valores y las virtudes. 

Vemos la vida como si tuviera que ser forzosamente una lucha competitiva por la existencia (la llamada “ley de la selva”).

En plena sociedad del conocimiento, aún vivimos grandes prejuicios del uno hacia el otro.

El prejuicio, que tiene en la discriminación, una de sus máximas expresiones, en realidad no tiene una base racional sobre la cual sustenta sus premisas, sin embargo, es necesario reconocer que tiene tanta fuerza, que aún ante las evidencias, quienes sostienen un prejuicio siguen adelante. Con toda razón decía con ironía Albert Einstein (1879-1955) ¡Triste época la nuestra!  Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio.

El prejuicio que es un supuesto sobre una persona, un grupo humano, una cultura etc., se basa en concepciones aprendidas. No tiene una base objetiva, simplemente se sostiene como un axioma social que incluso no admite refutación.

El prejuicio pues, no reconoce méritos en el otro, más bien busca borrarlo, lo que nos indica que estamos ante una auténtica supresión de la alteridad.

Los prejuicios, sin duda, condicionan las relaciones entre seres humanos, ocasionan por supuesto conflictos sociales y minan la confianza y el diálogo que son básicos para establecer relaciones interpersonales sanas, o como decimos los maya-tseltal-te jich jun kot´antik, jun pajal ya jkich´batik ta muk´, melel, jich slekilal kot´antik, jich slekilal jkux lejaltik.

Así, todos con un sólo corazón, que todos nos llevemos muy en grande, que actuemos todos de buen corazón, todos juntos en nuestro buen vivir.

Así, creo firmemente que el divisionismo entre los pueblos, al igual que entre los individuos, no conduce nada constructivo; tampoco es bueno lo contrario, el integracionismo forzado o inducido que han padecido durante mucho tiempo los pueblos indígenas.

Se trata entonces de encontrar caminos, de construir espacios, que en un ámbito de respeto mutuo, comprensión y aprecio, avancemos hacia una verdadera ética de la alteridad, que en nuestra sociedad se privilegie la vigencia de los derechos humanos, de tal forma que todos tengamos lo necesario para vivir y desarrollarnos dignamente.

El pluralismo cultural del México profundo del siglo XXI, creo que nos debe llevar a reflexionar el pensamiento del sabio, del marakame wirrarika cuando expresa:

“Queremos seguir siendo lo que somos…pero no queremos seguir viviendo como vivimos”.

Wokol´ yalbex kot´antik ta a pisilik, yu´un te la a wayik stojol te jk´op ka´yejtike.

Gracias dan nuestros corazones al de ustedes por escuchar nuestra palabra.

Gracias de Nuevo al Movimiento Unidos por solidaridad, y a la UNESCO.

Gracias y felicidades a mis compañeras y compañeros que también hoy han sido galardonados.

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